Contradicciones,
contraofensivas y desesperanzas
Autor:
Sergio Yépez Santiago
Etnopsicologo
Causa
preocupación, ver como en la lucha y el inter-juego de poder las bancadas
revolucionarias y opositoras, mucho de pugnacidad y poco de sentido común y de
su función social. Ambos bandos pusieron de lado la razón legislativa para
enfrascarse en vencer a su contrincante por circuito, como si apoyar o rechazar
una ley orgánica, una reforma o un presupuesto es poca cosa.
Luego del
“Frabulloso” 6D[i], la
contraofensiva revolucionaria desarrollada por Nicolás Maduro, y la ofensiva
opositora, se encuentran cada uno en la extinción del contrario. Si bien, la
lucha de este “mega-bipartidismo[ii]”
da por sentado que capitaliza y porta el estandarte del pueblo, el futuro y los
valores del pasado, olvidan por completo el aquí y el ahora, la vida cotidiana
y a los que viven otra realidad; como los
señores de la guerra, los políticos en Venezuela piden más y más sacrificio, sin
importarles las pérdidas que carguen a sus pretensiones de conquista; quizás
porque estas, son fácilmente acreditables al contrario, ya que las víctimas
también sirven de excusas políticas y trincheras ideológicas.
Mientras tanto,
el Pueblo como el humano en lucha de
titanes, contempla la devastación del país, la “primitivización social”, la muerte
del Bolívar Fuerte, La avenida pobreza y la carestía. Este venezolano que hace milagros se
aferra a su puesto de trabajo – por mal pagado que sea - como quien ve venir
una ola gigante, trata de soportar.
Inmerso en una
situación que no puede resolver, ya hizo lo que le pidieron, ya uso el “AS bajo
la manga” YA VOTO. Pero, al parecer, en estos tiempos de oscurantismo, nada
cambia. Ve como sus familiares caen por
enfermedades de la edad media, reza a “José Gregorio” para que su hijo se cure
o aparezca la medicina, lo que venga primero.
Mi temor, es que
un día de estos se despierte el gigante dormido, el ciclope que hay dentro de
un padre y una madre encolerizados por la desesperanza, el día de la Violencia,
el día en que vuelvan los saqueos, las quemas, las matanzas y la rabia. Temo porque aparezca el caos, y así como todo este
periodo nefasto empezó con un estallido social deba cerrarse de la misma forma.
Una y otra vez voy encentrando en el discursos, en las fantasías de mis
pacientes, en las muestras de arte, señales de un venidero estallido social,
para mi es hora de bajar las armas y ponerse a pensar en una mejor Venezuela
para hoy no para un mañana incierto.
Buenos Aires, 15 de Diciembre de 2015
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