jueves, 19 de mayo de 2016

Liderazgos Sociedades y sombras

21/04/2016

Liderazgos, sociedades  y sombras
La sombra en la psicología que propone Carl Gustav Jung (1875-1961) consiste en esa parte del individuo y de los grupos humanos que es negada, aislada y reprimida; sombra que desde lo más profundo provoca malestar y es capaz de emerger con violencia. Para ser más ilustrativos, podemos decir que las personas y las sociedades, tienen su retrato escondido, asi como narra el autor Oscar Wilde, en su obra el retrato de Dorian Gray publicada en 1890, donde hábilmente describe como en la belleza de aquel hombre se escondía la maldad, una maldad capaz de asesinar por codicia a las mujeres que se enamoraban de él, siendo la única salida la muerte, al encontrarse con su propio retrato.   Las personas y las naciones tienen mascaras hermosas y sombras tan temibles que insisten en encerrar con la mayor fuerza posible, pero en algún momento aparecen con esa misma fuerza para hacer estragos, convertir todo un infierno, el  hades en si mismo.
Históricamente, algunos personajes políticos del mundo, han despertado esta sombra,  enarbolándola como bandera, armando su discurso de realidades incomodas, malos recuerdos, de relatos de pesadilla, imágenes de la injustica social, desigualdad, mezquindad, racismo y toda forma de discriminación; estos personajes han logrado dar cuenta de esta realidad; bien porque ellos mismos han sido creados victimas de ella, o bien porque de una u otra forma son tan “brillantes” como para  incorporarla en sus discursos políticos.
Así, gracias a determinados personajes nos vimos a nosotros mismos, y nos paso como cuando se escapaba de la casa el hijo enfermo que dejaban en el cuarto del fondo y los vecinos de la cuadra confirmaban lo que parecía un rumor abominable, así nos enteramos en Venezuela que teníamos sombra.
La sombra es una parte importante de nosotros,hablando desde la psicología profunda, el reconocer la sombra y trabajar con ella integrándola, completa la verdadera imagen de lo que somos, el reconocimiento de las partes más obscuras de nuestra alma provoca la evolución a un estado de plena conciencia y nos predispone al desarrollo armónico y coherente, ya que no somos ni malos ni buenos, somos humanos.
En Venezuela la sombra ha hablado, se han despertado los demonios de la desigualdad, de la violencia, del rencor, de la ira, de la rabia y estamos en las puertas de un hades; es preciso quizás dar cuenta de esta realidad por encima de las actuales necesidades materiales, es preciso encontrar el camino para la integración de la sombra, percatarnos que en este momento todos por igual sufrimos lo que dejo el egoísmo,  los embates de la corrupción, el clasismo, el oportunismo y la mezquindad, las cuales no son creaciones ni de este ni del anterior gobierno, son nuestras, fueron creadas  y sembradas en nuestro inconsciente colectivo, en los tiempos de la colonia, con sus consabidas discriminaciones sociales.  
Reconocernos en la desigualdad, dentro del continente con la mayor desigualdad del mundo, promover la despolarización social, el entendimiento, mejorar las oportunidades y las condiciones de vida, desde un gran consenso nacional sería un paso más seguro a una Venezuela desarrollada, ya que el desarrollo viene de la mano de la madurez social.
Promover únicamente el “quítate tu pa poneme yo”, podría ser la otra cara de la misma moneda, otra vez volver a sustituir una burguesía por otra, una desigualdad por otra y generar una repolarización. Estos deben ser tiempos para quitarse las armas y los escudos y parlamentar, no tiempos de demostrar fuerzas, que luego no podamos controlar    


Sergio Yépez Santiago
Psicologo - Psicoterapeuta
Investigador en Etnopsicología política

  

  

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